Tuneo

El automóvil es el vehículo por excelencia. Aquella máquina que nos brinda la posibilidad de trasladarnos espacialmente, pero también de implicarnos en diversos tipos de simbolismos, ya sean de estatus, identidad, entre otros. Esto mismo ha generado que el acto de diseñar un automóvil se haya vuelto un proceso estrechamente relacionado con el arte. Siendo el arte una influencia importante, pero también el automóvil un elemento crucial dentro del trabajo artístico.

La cantidad de inspiración que ha provocado es incontable: cine, música, literatura, pintura, performance, fotografía, videoarte e instalación. Hitos de las artes visuales y plásticas en la historia, donde el automóvil mismo se convierte en un medio para los artistas. Su connotación simbólica supera a su implicación fáctica. El automóvil se volvió un símbolo e imagen, que como una fotografía o pintura, puede ser apropiada y reinterpretada de cualquier forma. El arte se ha encargado de sumergirlo en la huella del tiempo, inmortalizando automóviles que para ciertas generaciones y contextos son o fueron importantes.

Entendiendo al arte como una manera de traducir el mundo, ¿no es el automóvil concebido como una extensión de sus usuarios, considerado arte? En esta búsqueda constante de entender los símbolos que nos construyen – y que nosotros mismos construimos -, las modificaciones que llevamos a cabo sobre las cosas que nos rodean, nuestro contexto y posesiones, nos pueden aproximar un poco más a una realidad mucho más personal.

A partir de esta idea el taller Jacobo y María Ángeles ha decidido implicarse en el tuneo de la realidad, en la intervención de diversos objetos y en la contribución a la reconstrucción y apropiación de la realidad. Es así como TUNEO se vuelve una línea de trabajo en la que automóviles se han intervenido con el fin de traducir nuestra cosmovisión de otras maneras.