GUARDIANES tomó forma física en 2021, cuando dos de sus colosos fueron presentados en el Rockefeller Center de Nueva York. Desde entonces, estos seres míticos han recorrido geografías y símbolos, evolucionando sin perder su raíz: la defensa del equilibrio natural, la memoria de la tierra y el pulso ancestral de los pueblos originarios.

Esta nueva entrega no busca repetir la monumentalidad, sino condensar su fuerza en un formato más personal. Cada escultura ha sido tallada en madera de copal y trabajada con precisión. A través de pintura, destellos de hoja de oro y matices que evocan la diversidad de los paisajes oaxaqueños, estos cuerpos revelan la energía contenida en la materia. En su escala más íntima, los Guardianes siguen siendo titanes.

Emergen ahora como criaturas híbridas que encarnan la transición entre los elementos: agua y tierra, aire y suelo. No siempre son sus formas las que revelan esa doble pertenencia, sino los símbolos que las recorren —branquias, texturas, plumajes o garras— como señales de una vida que no obedece al binarismo, sino al movimiento constante de lo vivo. Son cuerpos que narran territorios en disputa, ecosistemas en transición, paisajes que sienten y responden.

Estos Guardianes forman parte del universo expandido de NÓMADAS, una visión nacida de la historieta creada por Ricardo Ángeles, en la que la ciencia y la cosmovisión zapoteca se entrelazan en un futuro donde la humanidad ha transformado su cuerpo para adaptarse a un planeta en crisis.