Jacobo y María Ángeles

La muestra representa una noción imprescindible para definir la pulcritud de un trabajo, la involucración de diversos procesos de innovación, no sólo en la producción de sus impecables piezas artísticas, sino también en el diseño gráfico, en la arquitectura, en el montaje la comunicación por mencionar algunas.

Esta exhibición se integra de una selección especial de las colecciones creadas en su taller ubicado en San Martín Tilcajete: Pelota Mixteca, Nómadas, Pachangas, Migrantes y Hurakán.

Para el Taller Jacobo y María Ángeles, una colección es una oportunidad para generar una propuesta artística, la cual se basa en un esfuerzo de investigación y análisis cuyo fin no sólo es el crear una pieza nueva, sino el entregar un trabajo de gran riqueza conceptual y técnicas. La idea de las colecciones es una herramienta que le ha permitido desdibujar la línea que diferencia y estigmatiza al arte con la artesanía.

PALO QUE HABLA

Es el lado campesino que siempre ha formado parte del contexto familiar del taller.

Está basado en la comunalidad y el tequio — una forma de organización tradicional que consiste en la cooperación y unión de esfuerzos colectivos —, Palo que Habla es un proyecto que busca preservar el conocimiento y la economía campesina como forma de resistencia y defensa del territorio.

La misiones principales de este proyecto han sido defender el territorio desde la restauración y el uso agroforestal, y el aportar a la reivindicación del labor campesino a nivel social y económico.

LADRONES

Instalación patio central MUPO
Es una muestra conformada por cinco piezas talladas en madera de copal al natural.

Estos bribones simios se muestran juguetones en situaciones cuya interacción contigo puede determinar una divertida experiencia. Sin embargo, más allá de lo curioso e irreverente de este trabajo artístico de escultura, la pieza nos invita a pensar en el ambiente natural de dichos personajes, el cual ha sido perturbado por el crecimiento urbano. Puede parecer que ellos llegaron a asaltar este edificio, cuando en realidad nosotros desplazamos a la fauna de su hábitat. Por lo que habría que preguntarnos con seriedad: ¿quién es el que roba verdaderamente?